Consejos útiles y fáciles de implementar para un estilo de vida libre de plástico
Hace unas semanas escribimos sobre los microplásticos en nuestra agua potable (puede encontrar el artículo más abajo en la revista); ahora queremos analizar dónde se produce realmente la mayor parte del plástico en la vida cotidiana y qué podemos hacer para reducir significativamente nuestro propio consumo. reducir. Porque una cosa está clara: el plástico no sólo es extremadamente malo para nuestro planeta, sino también para la propia salud: ahora todos lo tenemos en forma de microplásticos en el torrente sanguíneo y eso tiene consecuencias dramáticas, como también veremos en este artículo.
Plástico por todas partes
Está en nuestros envases, nuestros productos y, en última instancia, en nuestros cuerpos. Desde la década de 1950, el mundo ha producido más de 8.300 millones de toneladas de plástico . Alrededor de 8 millones de toneladas terminan cada año en los océanos, poniendo en peligro no sólo la vida marina sino también a los seres humanos. El plástico no desaparece simplemente. Se descompone lentamente y permanece en nuestro medio ambiente durante siglos. Este problema ha llegado a ser tan grande que ya se han detectado microplásticos en el hielo del Ártico, en nuestros alimentos y en el aire.
Veamos primero dónde se produce exactamente el plástico en nuestra vida cotidiana. Te sorprenderá lo rápido que se suma:
1. Embalaje: Desde el envoltorio plástico que envuelve el pepino hasta el embalaje de tus galletas favoritas, la mayoría de los residuos plásticos provienen de los embalajes. Según la Agencia Federal de Medio Ambiente, en Alemania se generan cada año alrededor de 6 millones de toneladas de residuos de envases y la tendencia va en aumento.
2. Botellas y vasos de plástico: Ya sea una botella de agua para llevar o un café para llevar en un vaso de plástico, cada minuto se compran y tiran alrededor de un millón de botellas de plástico en todo el mundo. Esto no sólo significa una inmensa cantidad de desperdicio, sino también un enorme consumo de recursos durante la producción.
3. Artículos de cocina y del hogar: tablas de cortar, cucharas, cepillos para lavar platos... todos ellos suelen estar hechos únicamente de plástico. Y no te olvides: los recipientes de plástico en los que guardas tu comida.
4. Productos de higiene y cosmética: Muchos geles de ducha, champús y pastas de dientes contienen microplásticos. Los bastoncillos de algodón, las maquinillas de afeitar y los cepillos de dientes también suelen estar hechos de plástico.
5. Ropa: ¿Sorpresa? De hecho, gran parte de nuestra ropa está confeccionada a partir de fibras sintéticas como poliéster, nailon o acrílico. Cuando se lava, se desprenden pequeñas fibras de plástico que acaban en las aguas residuales en forma de microplásticos.
Por qué el plástico es tan perjudicial para la salud
Pero ¿por qué el plástico es tan peligroso para la salud? El problema radica principalmente en los ingredientes. Muchos plásticos contienen plastificantes como ftalatos o bisfenol A (BPA), que pueden tener un efecto negativo sobre el equilibrio hormonal. Estas sustancias son sustancias químicas que alteran el sistema endocrino y que pueden aumentar el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso ciertos tipos de cáncer, especialmente en personas mayores. Los estudios han demostrado que el BPA, un plastificante comúnmente utilizado en botellas y latas de plástico, puede ingresar al cuerpo y actuar como una hormona, lo que aumenta el riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y problemas de fertilidad (Escuela de Salud Pública de Harvard, 2016).
El peligro invisible: los microplásticos en tu cuerpo
Los microplásticos hace tiempo que entraron en nuestro torrente sanguíneo. Los investigadores han detectado pequeñas partículas de plástico en la sangre, los pulmones e incluso el tracto intestinal. Un estudio de 2022 del Rijksinstituut voor Volksgezondheid en Milieu (RIVM) holandés mostró que había partículas microplásticas en la sangre del 80% de las personas examinadas. Los efectos sobre la salud aún no se comprenden completamente, pero se sospecha que estas partículas pueden causar inflamación, daño celular y posiblemente incluso cáncer. Algunos investigadores ven la infertilidad y la enfermedad de Alzheimer como dos de las mayores amenazas para la salud que podrían estar relacionadas con los microplásticos.
Según un estudio de WWF, una persona media ingiere unos 5 gramos de microplásticos cada semana, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Extrapolado a lo largo del año, son 250 gramos, aproximadamente el peso de una manzana grande. Los microplásticos entran en nuestro cuerpo a través del aire, el agua potable y los alimentos sin que nos demos cuenta directamente. Ya se ha detectado en la placenta, en la sangre humana e incluso en los pulmones. Con el enorme aumento de la producción de plástico y la eliminación inadecuada de residuos, la contaminación por microplásticos ha aumentado dramáticamente en las últimas décadas. Si, como se predice, la producción de plástico es el doble de la actual para 2050, la carga de los microplásticos también podría aumentar aún más. La evidencia sugiere que los microplásticos pueden provocar inflamación, daño celular y deterioro del sistema inmunológico. Es especialmente preocupante que pueda unirse a sustancias químicas tóxicas que son potencialmente cancerígenas y podrían provocar alteraciones hormonales.
Nanoplásticos: el peligro aún menor
Además de los microplásticos, los nanoplásticos también representan una amenaza creciente. Estas partículas son incluso más pequeñas que los microplásticos y pueden penetrar fácilmente en células y órganos. Debido a su pequeño tamaño, pueden superar barreras biológicas que los microplásticos no pueden atravesar, como la barrera hematoencefálica. Los estudios iniciales sugieren que los nanoplásticos pueden alterar la función celular y aumentar el riesgo de trastornos neurológicos como el Alzheimer. Además, al igual que los microplásticos, puede transportar sustancias tóxicas que pueden provocar inflamación y otros problemas de salud. Debido a que los nanoplásticos son tan pequeños, son aún más difíciles de detectar y controlar, lo que se suma al desafío de lidiar con la contaminación plástica.
Qué podemos hacer para deshacernos del plástico
Es cierto que no es tan fácil: el problema de los microplásticos es global y difícil de controlar. Algunos países están tomando medidas iniciales para abordar el problema; por ejemplo, la UE planea prohibir los envases de plástico en los estantes de los supermercados. También existen tecnologías, como los filtros especiales para lavadoras de Miele, que filtran los microplásticos de la ropa. Sin embargo, los microplásticos que entran en nuestro cuerpo a través de las aguas subterráneas, los alimentos o incluso el aire siguen siendo un problema importante.
Pero la situación no está completamente exenta de alternativas, porque el mayor daño a la salud lo causa el plástico que se encuentra directamente a nuestro alrededor. Aquí se pueden hacer muchas cosas para, al menos, limitar en gran medida la influencia de los plastificantes, micro o nanoplásticos.
1. Al comprar
Frutas y verduras en bolsas de plástico, alimentos envueltos en plástico o bebidas en botellas de plástico: nos topamos con plástico en abundancia cada vez que vamos de compras. De hecho, en Alemania se generan cada año 227,5 kg de residuos de envases por persona, de los cuales alrededor de 91 kg son envases de plástico. Pero hay muchas formas de reducir el consumo de plástico a la hora de comprar. Uno de los métodos más sencillos es evitar las bolsas de plástico. Alemania ya ha logrado grandes avances, con sólo 10 bolsas de plástico per cápita por año, en comparación con 90 en algunos otros países. Pero esta cifra también se puede reducir aún más cambiando a bolsas de tela reutilizables o redes para la compra.
Es aún más eficaz prestar atención a los envases sin plástico o comprar directamente en tiendas sin embalaje. Estos supermercados son cada vez más populares y ofrecen una amplia gama de alimentos sin envasar. Si compras allí con regularidad, puedes reducir el consumo de plástico de un hogar hasta en 30 kg al año. Además, comprar productos a granel suele ser incluso más barato, porque solo se compran las cantidades que realmente se necesitan, lo que también contrarresta el desperdicio de alimentos. Alternativamente, puede pedir productos sin envasar en el mercado semanal o en el minorista orgánico, ya que cada vez más minoristas ofrecen estas opciones.
Consejo personal: Llevamos años comprando todo en tarros, como yogur y salsa de tomate, y les hemos comprado algunas “loncheras”. Luego vamos al mercado ecológico y nos llenan todo, desde el mostrador de quesos, salchichas y entrantes; incluso en el mercado semanal, todos los comerciantes hacen esto. Los dátiles, las aceitunas y el queso crema turco siempre acaban en un vaso enjuagado.
2. Mientras bebes
Las botellas de plástico son una de las mayores fuentes de residuos plásticos en la vida cotidiana. Sólo en Alemania se venden cada año 17 mil millones de botellas de plástico , a pesar de que el 65% de los alemanes beben agua del grifo con regularidad. Esto significa que una proporción significativa de la población todavía depende del plástico de un solo uso, lo que podría evitarse fácilmente. Una forma sencilla de reducir drásticamente el consumo de plástico es cambiar a botellas reutilizables o beber agua del grifo. Las botellas reutilizables hechas de vidrio o acero inoxidable son duraderas y se pueden reutilizar innumerables veces, lo que ayuda a reducir los desechos plásticos.
Cambiar al agua del grifo no sólo es respetuoso con el medio ambiente, sino también desde el punto de vista económico y sanitario. El agua del grifo en Alemania es uno de los alimentos más estrictamente controlados y suele ser de excelente calidad. Cualquiera que cambie el agua embotellada por agua del grifo puede ahorrar hasta 150 botellas de plástico al año, lo que no sólo reduce los residuos de plástico, sino que también reduce las emisiones de CO₂ en 82 kg por persona. En términos de costes, el agua del grifo es imbatiblemente barata: un litro de agua del grifo cuesta en Alemania sólo unos céntimos, mientras que el agua mineral en botellas de plástico cuesta a menudo 100 veces más. Si desea obtener más información sobre los beneficios del agua del grifo, lea nuestro artículo detallado sobre el agua potable , que profundiza en el tema.
Opinión: A mí (Carsten) me parece muy mal una empresa de Rinteln cuyo producto “Thirst Quencher” en una caja de plástico goza actualmente de un gran apoyo entre los jóvenes y se encuentra tirado en nuestros aparcamientos. Probablemente ya no entienda por qué la generación que más debería preocuparse por el bienestar de nuestro medio ambiente lo trata con tanta desconsideración.
3. Sin plástico en la cocina y el baño
Nuestras cocinas suelen ser una de las mayores fuentes de residuos plásticos domésticos, especialmente a través de envases y productos de un solo uso como el film transparente. Una medida sencilla pero eficaz para reducir el plástico en la cocina es pasarse a paños de cera de abejas . Estas toallitas reutilizables son una alternativa ecológica al film transparente y pueden soportar hasta 300 usos antes de tener que ser reemplazadas. Con este cambio, una familia puede ahorrar hasta 12 rollos de film transparente al año. Las envolturas de cera de abejas son perfectas para cubrir tazones o envolver alimentos y también son transpirables, lo que puede prolongar la vida útil de frutas y verduras.
También existen numerosas formas de reducir el plástico en el baño. Cada año, 18.000 toneladas de microplásticos llegan al medio ambiente sólo a través de productos cosméticos. Las alternativas sin plástico como los champús sólidos, los jabones o las pastas de dientes no sólo son más respetuosas con el medio ambiente, sino también más económicas. Un champú sólido, por ejemplo, dura tanto como dos o tres botellas de champú líquido, y las pastillas de pasta de dientes tampoco requieren envases de plástico. Esto también evita la ingestión de microplásticos, que se encuentran en muchos productos de cuidado convencionales y pueden ser perjudiciales tanto para el medio ambiente como para la salud.
4. El problema de la moda
La industria de la moda contribuye significativamente a la contaminación plástica global. En muchas prendas se utilizan fibras sintéticas como poliéster, nailon o acrílico, pero cada ciclo de lavado libera pequeñas partículas de microplásticos que ingresan al medio ambiente a través de las aguas residuales. Se estima que el 35% de los microplásticos de los océanos provienen de textiles sintéticos. Una sola carga de ropa puede liberar hasta 700.000 partículas de microplásticos , que son tan pequeñas que pasan por depuradoras y acaban en ríos y mares.
Una alternativa más respetuosa con el medio ambiente es comprar ropa elaborada con fibras naturales como algodón, lino o cáñamo. Estos materiales son biodegradables y no provocan contaminación microplástica durante el lavado. También suelen ser más cómodos de usar y menos estresantes para la piel. Al cambiar a ropa hecha de fibras naturales, puedes reducir las emisiones de microplásticos de tu hogar hasta en un 80% . Las marcas de moda sostenible que dependen de materiales sin plástico también son una buena opción para reducir el impacto ambiental de la industria de la moda.
Innovaciones tecnológicas contra el plástico: el futuro está en nuestras manos
Aunque el plástico es omnipresente en muchas áreas de la vida diaria, también existen innovaciones tecnológicas que pueden ayudar a reducir drásticamente el consumo de plástico. Científicos de todo el mundo están trabajando en nuevos materiales que puedan sustituir al plástico tradicional. Los envases elaborados a partir de algas , hongos o celulosa son biodegradables, compostables y podrían desempeñar un papel importante en la reducción de residuos plásticos en el futuro. Algunas de estas alternativas ya están listas para salir al mercado y podrían utilizarse más ampliamente en los próximos años.
También avanza el desarrollo de los plásticos reciclables . Estos materiales pueden volver al ciclo de producción sin tener que utilizar nuevas materias primas. Combinado con políticas de reciclaje más estrictas, esto podría ayudar a reducir significativamente la cantidad de desechos plásticos. Además, algunas empresas están trabajando en tecnologías que puedan convertir los residuos plásticos existentes en energía o nuevos productos. En las próximas décadas, estas innovaciones, combinadas con un comportamiento de los consumidores más consciente, podrían conducir a reducciones dramáticas en la contaminación plástica global.
Actuar juntos: luchar juntos contra los residuos plásticos
Las acciones individuales son importantes, pero juntos podemos lograr aún más. Cada año, se recogen 20.000 toneladas de residuos plásticos de ríos, playas y parques de todo el mundo mediante campañas de limpieza. Estas acciones no sólo son simbólicamente importantes, sino que también suponen una contribución real a la reducción del plástico en el medio ambiente. Este tipo de campañas desempeñan un papel importante a la hora de concienciar a la población, especialmente en países con altas tasas de contaminación plástica.
En Alemania cada vez hay más iniciativas y eventos en los que la gente puede contribuir activamente a reducir el plástico. En 2021, más de 10.000 personas participaron en actividades de recogida de basura como parte del “Julio Sin Plástico” o campañas similares. Estas acciones también sirven como modelo a seguir porque muestran lo fácil que puede ser ser activo y hacer una contribución. También es divertido trabajar con otras personas para garantizar un entorno limpio y ver directamente los efectos de su compromiso.
Conclusión: cada pequeño cambio cuenta
Reducir el plástico en la vida cotidiana puede parecer un desafío al principio, pero comienza con decisiones pequeñas y conscientes. Ya sea renunciar a las botellas de plástico, comprar alimentos sin envasar o cambiar a alternativas sin plástico en el baño, todas estas medidas tienen un gran efecto. En general, una familia puede reducir su consumo de plástico hasta en un 50% si utiliza constantemente este tipo de alternativas.
Pero la lucha contra el plástico no sólo es buena para el medio ambiente. También protege nuestra salud y la de las generaciones futuras. Cada paso hacia un estilo de vida libre de plástico cuenta y contribuye a hacer del mundo un lugar mejor.