Problemas de sueño en la vejez

Por qué necesitas dormir menos a lo largo de los años y qué significa eso para ti.

Dormir es esencial para nuestra salud y bienestar. Curiosamente, nuestras necesidades de sueño cambian a lo largo de nuestras vidas. Mientras que un recién nacido necesita hasta 17 horas de sueño al día, este número se reduce a entre 7 y 9 horas para los adultos. A partir de los 60 años, muchas personas se las arreglan con menos de 7 horas de sueño. ¿Pero por qué es así? ¿Y qué ocurre en nuestro cuerpo que hace que nuestra necesidad de dormir disminuya?

El sueño de los elefantes

¿Sabías que los elefantes son uno de los animales que menos horas de sueño necesitan? En promedio, un elefante adulto sólo duerme unas dos horas por noche. Al igual que las personas mayores, su sueño se divide en fases más cortas y no siempre es profundo. La razón de esto radica en su papel como animales voladores que deben estar siempre atentos.

Por qué necesitamos dormir menos a medida que envejecemos: una mirada al interior del cuerpo

A medida que envejecemos, nuestra arquitectura del sueño cambia significativamente. Estas son las principales razones por las que necesitamos dormir menos a medida que envejecemos:

Cambios en el equilibrio hormonal.
Una de las principales razones de la reducción de la necesidad de dormir es el cambio en el equilibrio hormonal. La melatonina, también conocida como hormona del sueño, regula nuestro ciclo de sueño-vigilia. La producción de melatonina disminuye con la edad, lo que puede provocar un inicio más temprano del sueño y un despertar más temprano. Las personas mayores suelen decir que se sienten cansadas temprano en la noche y luego se despiertan muy temprano en la mañana.

Cambios en los ciclos del sueño.
A medida que envejecemos, pasamos menos tiempo en las etapas profundas del sueño (también conocido como sueño REM) y más tiempo en las etapas más ligeras del sueño. Este cambio significa que el sueño es menos reparador en general, lo que reduce la necesidad de dormir durante largos períodos.

Actividad física reducida
A medida que envejecemos, tendemos a ser menos activos físicamente. Menos ejercicio puede significar que necesitamos dormir menos porque nuestros cuerpos no están sometidos a tanto estrés como cuando éramos más jóvenes.

Adaptarse a un estilo de vida más tranquilo
Muchas personas mayores tienen un estilo de vida más tranquilo que implica menos estrés y tensión. Los niveles más bajos de estrés pueden reducir la necesidad de descansar y dormir.

Cambios en la estructura del cerebro.
Los estudios han demostrado que la estructura del cerebro cambia con la edad. En particular, la corteza prefrontal, responsable de regular el sueño y la vigilia, puede reducirse con la edad. Estos cambios pueden contribuir a nuestra necesidad de dormir menos a medida que envejecemos.

La persona mayor y su ritmo de sueño

Jeanne Calment, la persona documentada más longeva del mundo, vivió hasta los 122 años. Según se informa, solo dormía unas seis horas por noche en sus últimos años, pero se sentía descansada y llena de energía. Esto demuestra que las necesidades de sueño pueden variar mucho de una persona a otra y que una vida activa y saludable es posible incluso en la vejez.

Consejos prácticos para dormir mejor a medida que envejecemos

Aunque la necesidad de dormir disminuye con la edad, la calidad del sueño sigue siendo importante. A continuación se ofrecen algunos consejos para mejorar su sueño:

  • Optimice su entorno para dormir: proporcione un entorno para dormir tranquilo, oscuro y fresco. Evite el ruido y las luces brillantes, que pueden alterar el sueño.
  • Horario habitual de sueño: Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. Un horario de sueño regular puede ayudar a favorecer el ciclo natural de sueño-vigilia.
  • Ejercicio: La actividad física es importante incluso en la vejez. El ejercicio regular puede ayudar a mejorar el sueño al cansar el cuerpo y reducir los niveles de estrés.
  • Dieta: Una dieta equilibrada también puede contribuir a dormir mejor. Evite las comidas copiosas y la cafeína antes de acostarse.
  • Técnicas de relajación: Practica técnicas de relajación como yoga, meditación o ejercicios de respiración para calmar la mente y preparar el cuerpo para dormir.

Conclusión: lo que puedes llevar contigo

Las necesidades del sueño cambian a lo largo de la vida y, a medida que envejecemos, necesitamos dormir menos que cuando éramos más jóvenes. Los cambios en el equilibrio hormonal, la arquitectura del sueño y el estilo de vida contribuyen a este fenómeno. Sin embargo, la calidad del sueño sigue siendo importante para nuestra salud y bienestar. Con unas cuantas medidas sencillas podrás mejorar la calidad de tu sueño incluso a medida que envejeces y empezar el día descansado y lleno de energía.

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